
Ataque a Irán: ¿Enfrentamiento por encargo?
La madrugada del viernes 13 de junio de 2025 las fuerzas israelíes atacaron diversas zonas de la República Islámica de Irán, un día sagrado en sí mismo y un día antes de la mayor celebración del mundo islámico shiíta (‘Eid al-Ghadir). El ataque se da en medio de: 1) la devastación de la Franja de Gaza producto de la puesta en marcha de la expansión del régimen israelí con características de genocidio; y, 2) las negociaciones indirectas sobre el programa nuclear iraní y después de que se dieran a conocer todo el programa nuclear que Israel mantiene en secreto y que, además, se revela cómo instituciones internacionales -como la AEIA (Agencia Internacional de Energía Atómica)- y estados europeos coadyuvan al desarrollo nuclear en paralelo a suprimir el de Irán. La respuesta de Teherán no se hizo esperar y lanzó una cantidad considerable de misiles contra zonas clave de las zonas ocupadas de Palestina histórica por Israel.
Apenas un par de días antes, Estados Unidos había dado la orden de evacuar las bases navales que bordean el estado persa (que habían estado amenazadas) en caso de cualquier ataque. Tras los bombardeos a complejos residenciales de personal militar iraní llevados a cabo por el régimen israelí, la administración Trump manifestó no haber estado involucrado en dicha acción; sin embargo, todo apunta a que ha sido una estrategia conjunta y a dos bandas: una militar y la otra semi-diplomática. Por una parte, la estrategia militar se acompaña de un abastecimiento de todos los recursos materiales al régimen de Netanyahu e incentivar a todos los países árabes de la región a no involucrarse de manera directa pero sí brindar las facilidades para el uso de su espacio aéreo. Por otra parte, la estrategia semi-diplomática se basa en la amenaza estadounidense de obligar a Irán a un nuevo acuerdo nuclear, después de haberlo abandonado en 2018. Hasta la fecha, se han establecido 6 rondas de negociaciones indirectas, con Omán como país intermediario; sin embargo, cuando se da a conocer la noticia del programa secreto israelí con ayuda del titular de la AIEA, Rafael Grossi, y otros jefes de estado europeos, Trump da un plazo de 60 días para obligar a la República Islámica a negociar mientras que incentiva a Netanyahu de ser ellos quienes encabecen el ataque a las instalaciones nucleares iraníes.
Tanto el presidente como el primer ministro del régimen israelí anunciaron, de manera oficial, efectuar un “ataque preventivo” para que Irán no desarrolle bombas nucleares que puedan amenazar “su existencia”; no obstante, ellos impulsan todo un programa nuclear en secrecía y sin presión internacional, además, aspiran a ser la única entidad regional con capacidad nuclear, después de haber bombardeado todas las centrales nucleares en construcción en los países árabes. Sin contar con el asesinato selectivo contra científicos iraníes que participan en el programa nuclear iraní, incluidos los dos que fueron martirizados en el ataque nocturno junto a otros comandos militares iraníes. Es necesario señalar que “Israel” no ha firmado el TNP (Tratado de No Proliferación Nuclear) y no hay autoridad que lo tenga dentro de sus planes en el corto plazo.
Desde Irán han ejecutado el ataque bajo el nombre de Verdadera Promesa III, iniciadas después del ataque a su cuerpo diplomático en Siria (I) y el asesinato del líder de Hamás en Teherán (II) en medio del asedio contra la Franja de Gaza y toda Palestina. Se ha dicho que la nación persa encabeza el denominado “Eje de la Resistencia” en la región, una alianza informal y estratégica que reúne a todos los grupos que luchan contra la ocupación tanto en su forma imperial estadounidense y europea como el formato sionista-israelí. Mucho se ha dicho sobre el preludio al ataque contra Irán cuando intentaron eliminar a cada uno de estos grupos, incluyendo al estado sirio de Bashar al-Assad. El Líder Supremo de Irán, Ayatollah Ali Jamenei, ha estado alertando de las consecuencias de cualquier negociación con Estados Unidos: además de defender el derecho soberano a desarrollar energía nuclear con fines civiles y pacíficos, incluso, en su calidad de líder religioso, ha emitido una fatwa -dictamen- en el que por apego al Islam y a su mensaje ético, se les prohíbe el uso de un arma nuclear. Sin dejar de mencionar que Irán firmó y ratificó el TNP.
Irán, desde la Revolución Islámica de 1979, ha señalado a “Israel” como un régimen de ocupación y se ha propuesto la liberación total de Palestina, no sólo de las zonas reclamadas para un posible Estado, en el esquema de la ONU de “dos estados”. Se ha planteado, a su vez, un referéndum que convoque a todos los palestinos a que decidan su futuro; sin embargo, con la ampliación del genocidio desde el 7/10 se ha visto envuelto en un enfrentamiento directo e indirecto con Estados Unidos, “Israel”, la Unión Europea y algunos países árabes.
Visto a escala global, en medio del proceso de transición hegemónica mundial, Irán forma parte de la triada contrahegemónica junto a Rusia y China. Por tal razón, al ser percibido como el eslabón más débil, es el primero en ser atacado mediante un proxy hegemónico, que es el papel que juega el régimen israelí en medio de estos ataques. Los medios de comunicación, por su parte, juegan un papel crucial ante esta guerra híbrida, que emplea métodos tradicionales como métodos novedosos, incluidos la propaganda, la guerra informativa y las fake news. Su papel será posicionar un mensaje determinado ante la opinión pública mundial para que se tome una postura que favorezca al orden hegemónico actual en declive.
En estos momentos que la noticia se encuentra en desarrollo, será importante revisar cuáles son los límites impuestos por cada estado ante sus amenazas y, sobre todo, cuánto se ha rebasado el Derecho Internacional e instancias como la ONU, para hablar de un reordenamiento contractual en el plano internacional. Ningún país está completamente solo y ninguno está dispuesto a moderar sus acciones ante las agresiones efectuadas. De momento, es imposible predecir las acciones puntuales, lo que sí es claro es una puesta en marcha de alineamientos a favor y en contra de cada una de las partes involucradas. Mientras que “Israel” lleva cerca de 76 años de impunidad internacional, Irán tiene la experiencia de haber enfrentado una guerra de ocho años solo contra un Estado vecino que contó con todo el apoyo internacional.

Iván Carrazo
Maestro en Relaciones Internacionales, miembro del Centro de Estudios Islámicos, Árabes y Persas “Dr. Osvaldo Machado Mouret”, del Centro Académico de Relaciones Internacionales Espacio Global y del Observatorio de Estudios del Islam en América Latina.
6 Responses
Excelente análisis Maestro, es necesario involucrarse más en la problemática internacional y con su apoyo se consigue entender las posturas de las partes, me quedo al pendiente de otras publicaciones, mucho éxito, saludos.
Muchas gracias por darle lectura. Es necesario la información para el entendimiento de nuestra realidad internacional
Después de leer el artículo firmado por Iván Carrazo titulado “Ataque a Irán: ¿Enfrentamiento por encargo?”, me parece necesario hacer algunas puntualizaciones importantes, especialmente por el nivel de carga ideológica con la que está construido el texto. Aunque el tema es complejo y sensible, no se puede confundir una narrativa política con un análisis geopolítico riguroso.
Primero, el autor plantea que el reciente ataque israelí a Irán fue “por encargo” de Estados Unidos, específicamente del expresidente Trump. Sin embargo, no hay evidencia documental que respalde esa afirmación. Es cierto que hubo una evacuación preventiva de personal estadounidense en la región, lo cual ha sido reportado por medios internacionales, pero de ahí a afirmar que hubo una orden directa o una estrategia conjunta planificada, hay una distancia muy grande. En análisis técnico, eso sería una inferencia sin respaldo empírico.
También es muy problemático que el autor use el término “genocidio” para referirse a la ofensiva israelí en Gaza. El sufrimiento humano y las violaciones al derecho internacional humanitario deben denunciarse y documentarse, sí, pero llamar genocidio a un conflicto sin que haya una sentencia de un tribunal internacional que así lo dictamine, además de ser impreciso, desinforma. El término tiene una definición jurídica específica en la Convención para la Prevención del Genocidio de las Naciones Unidas, y su uso fuera de ese marco debilita su significado legal y político.
Otro punto delicado es la acusación de que Europa y la AIEA están colaborando con el supuesto programa nuclear secreto de Israel. Hasta ahora, no existe ninguna prueba pública de esa colaboración. Israel nunca ha confirmado oficialmente tener armas nucleares (aunque es ampliamente asumido que las posee), y no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), lo cual es una omisión grave desde el punto de vista del equilibrio regional. Pero acusar a agencias internacionales como la AIEA de complicidad sin presentar documentos verificables es una afirmación demasiado seria como para dejarla en el plano especulativo.
También me llamó la atención cómo el autor habla del ataque iraní de represalia como si fuera una respuesta legítima y proporcionada, omitiendo el hecho de que Irán lanzó más de 100 misiles y drones que, si bien fueron interceptados en su mayoría, representan una escalada militar que puede desencadenar una guerra regional. Presentarlo como un acto de justicia casi simbólica minimiza los riesgos reales que implican esas acciones.
Por otro lado, Iván Carrazo dibuja a Israel como el único responsable del conflicto regional, ignorando por completo la participación activa de otros actores —como Irán, Siria, Hezbollah o las milicias hutíes— que también violan el derecho internacional y contribuyen a la inestabilidad. Esto revela una visión parcial que divide el conflicto en buenos y malos, en lugar de analizarlo como un sistema de relaciones asimétricas, intereses geoestratégicos cruzados y actores estatales y no estatales con agendas propias.
Finalmente, el artículo concluye con la idea de que Israel lleva “76 años de impunidad internacional”, lo cual nuevamente es una afirmación descontextualizada. Israel ha sido condenado en múltiples ocasiones por resoluciones de la ONU, ha enfrentado críticas de la Corte Penal Internacional y ha estado bajo presión diplomática por parte de diferentes países. Que esas condenas no hayan tenido consecuencias inmediatas o contundentes no equivale a que exista una impunidad absoluta. Decirlo de ese modo elimina matices importantes y simplifica un panorama mucho más complejo.
Definitivamente el texto de Carrazo tiene más valor como expresión política que como análisis internacional. Está construido desde una narrativa ideológica pro-Irán que ignora evidencias contradictorias, omite datos relevantes y utiliza un lenguaje cargado emocionalmente. Como lector, considero fundamental distinguir entre análisis con sustento y posicionamientos políticos disfrazados de análisis. En temas tan sensibles como este, la precisión, la documentación y la capacidad de reconocer la complejidad de los hechos deben estar por encima de las consignas.
Gracias por darle lectura. Sin embargo, las “puntualizaciones” que señalas no omiten la carga ideológica que acusas. Los señalamientos que usas para responder parten de una construcción realizada desde la posición hegemónica (epistemológica y ontológica) a lo que estamos acostumbrados y se diseminan como asunto “normal”. Tras la pausa en los ataques, han quedado demostradas las posturas que dan origen a las palabras que escribo y a las que das respuesta.
Desde 1979, Estados Unidos e Israel han elaborado planes para un “cambio de régimen” en Irán. Ambos por haber perdido a un aliado en la región, el primero por la cuestión de los hidrocarburos y la batalla geocultural; el segundo, por la amenaza a su status de ocupación territorial, producto de una imposición colonial, que ha contado con la complicidad de Estados Unidos y Europa (por señalar algunos Estados), en armas inteligencia y diplomacia.
Se trata de una guerra desigual, asimétrica, donde los atacantes cuentan con el respaldo que les da la superioridad militar y tecnológica, por señalar sólo un par de aspectos. Además, tú mismo reconoces la imposibilidad de las Naciones Unidas de hacer efectivas sus resoluciones en territorio ocupado, lo que es una prueba de impunidad (la impunidad referida a la ausencia de castigo o sanción por la comisión de un delito o falta, ya sea en el ámbito legal, político o social, nacional o internacional), no de inacción. Lo mismo ocurre con el divorcio entre élite gobernante y la opinión pública de los estados que apoyan el genocidio perpetrado por el régimen colonial israelí (desde descarado desde 2023 pero con asidero desde, por lo menos, 1948). El régimen que apoyas -bajo un intento disfrazado de presunta objetividad- es uno muy cuestionado por la realidad internacional y el sentido común. Sólo recordarte que mientras que ese régimen de ocupación ilegal (que ni siquiera acató el plan de partición de sus creadores) ha llevado a cabo un ambicioso plan nuclear secreto, se ha encargado de destruir a todo rival potencial regional. Tal vez, desde una perspectiva únicamente militar de ganadores y perdedores, estarás muy contento con ello; pero si a esto le encontramos base legal -ya no digamos ética- te darás cuenta que se encuentra fuera de toda regla.
La principal acusación que me adjudicas es una “carga ideológica pro-iraní” pero ¿se podría tener alguna otra cuando estás observando en tiempo real la situación humanitaria en Gaza, todas las décadas de ocupación, todas las ciudades y vidas atacadas por el régimen inmoral de ocupación?
Tú artículo tiene mucho de verdad en un mundo de hegemonías imperialistas que se imponen y no permiten contrarios, el momento histórico de la guerra fría permitía esas alianzas para uno y otro bando (aún cuando sabemos claramente que hay países que se inclinan en en uno utro lado). Pase lo que pase, lo que está haciendo Irán es bueno para los países árabes (musulmanes) del Medio Oriente, lo poco que golpee a Israel, es ya un logro. Cómo ejército rebelde Hamas no debió haber atacado a Israel, si no tenía forma de enfrentarlo. No sé ha visto ningún combate contra el ejército israelita para defender a los Palestinos. Buen análisis. Saludos
Agradezco el tiempo de lectura. El imperialismo y la neocolonización son el principal problema en el mundo. Lo que más me ha sorprendido en esta situación es la posibilidad de ver un genocidio vía streaming, anunciado, preparado, racionalizado, en pocas palabras, altamente banalizado (como lo escribiera la Hannah Arendt). En donde la potencia hegemónica (en declive) intenta mantenerse atacando con lo que puede y tiene, sin importar el orden mundial que ella misma estableció para sus propósitos. Luego, un régimen ocupante, ilegal, sin reconocimiento pleno, sin legalidad interna propia, sin legitimidad, sin firmar su adhesión al TNP ataca a un Estado plenamente constituido, legal, legitimo, con apoyo popular, firmante inicial del TNP y sometido a revisión, sanciones y enjuiciado. Es el mundo al revés o, un mundo, extremadamente complaciente con la situación.