Los hechos
En marzo de este año, la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EE.UU.) —con una abrumadora mayoría tanto demócrata como republicana— aprobó una iniciativa de ley que obliga a ByteDance Ltd., empresa propietaria de TikTok, a vender esta plataforma o será bloqueada en el país. La razón es el peligro que representa para los datos de los usuarios y para la seguridad nacional (El País, 2024).
Esta iniciativa fue propuesta por el presidente Joe Biden y fue aprobada por el Senado poco después, estableciendo un plazo de 9 meses para su ejecución, previo al cambio de mandato (McMahon, 2024). Esta no es la primera vez que el gobierno estadounidense intenta arremeter contra esta red social. En marzo de 2023, el CEO de TikTok Shou Zi Chew fue citado ante el Capitolio en una audiencia de 5 horas. Fue interrogado por los congresistas sobre cuestiones como el monitoreo de contenidos, restricciones de edad y, más pertinente aún, el vínculo de la plataforma con el Partido Comunista de China (Soto Galindo, 2024).
En 2020, el expresidente Donald Trump también intentó establecer, sin mucho éxito, una ley para bloquear TikTok, en medio de plena pandemia y de una guerra tecnológico-comercial con China. Ese mismo año, India, bajo la orden del primer ministro Narendra Modi, baneó 59 aplicaciones chinas del mercado indio, incluyendo TikTok. Aunque la causa fue una disputa militar fronteriza en las montañas de Ladakh, donde 20 soldados indios perdieron la vida ante la milicia china. A la par, India ya había bloqueado a TikTok para realizar una investigación sobre la moderación de los contenidos en la plataforma (Kumar & Thuss, 2023, 2).
En general, si bien TikTok no ha sido bloqueado en su totalidad, su uso sí que ha sido excluido, bajo sospecha de espionaje, para el personal gubernamental y militar de una variedad de países cuya lista sigue en aumento (Proceso, 2023). A pesar de que no existe evidencia concreta que compruebe a TikTok como peligro para la seguridad, las acusaciones están señaladas y las acciones preventivas se han realizado.
Las plataformas
TikTok es una red social que cuenta con casi 1,600 millones de usuarios activos al mes (Statista, 2024), utiliza un formato de videos cortos desde 15 segundos de forma continua e infinita. Se dirige al sector joven de la población, que se caracteriza por la generación Z, y ha provocado un cambio en los hábitos en los consumidores digitales, que se basa en la inmediatez.
Fue lanzada en 2016 bajo la compañía china ByteDance con el nombre Douyin. En 2017 se lanzó la versión internacional de la misma TikTok, técnica similar a la aplicada por Alibaba Group con su versión internacional AliExpress. En 2018 después de adquirir la app Musical.ly, ByteDance funcionó ambas redes sociales dando como resultado la particular plataforma actual cuya popularidad se aceleró a partir de 2019 (Miao, Huang & Huang, 2023, 104).
TikTok se considera innovadora en múltiples aspectos. Es una app pensada para el uso de dispositivos móviles que cuenta con un avanzado algoritmo de recomendaciones. Este filtra los contenidos de acuerdo a los intereses del usuario y su interacción con la app de forma casi adictiva, asegurando la permanencia de la misma (Gray, 2021, 7). Su mayor logro, en definitiva, ha sido colocarse a la par con los gigantes tecnológicos occidentales —concentrados en Twitter, Google con Youtube y Meta con Facebook, WhatsApp e Instagram— en la economía de las plataformas digitales.
El auge de la plataformización establece un modelo infraestructural y económico dominante en la parte social de la web, con tal impacto que ha forzado a los gobiernos y estados a ajustar sus estructuras legales y sistemas políticos para lidiar con las mismas (Fjällhed, Lüfkens & Sandre, 2024, 269). Esto debido a que las plataformas son almacenadoras de información con la capacidad de influir en las condiciones sociales al determinar y compartir ideas, a través del vasto sistema socio-técnico (Gray, 2).
El vínculo
Bajo este contexto, TikTok ha sido acusado por los congresistas estadounidenses de ser lo que Göksun & Samuk (2023, 1171) señalan como una herramienta de poder agudo. Es decir, un método no tradicional que usan los Estados, en este caso el Chino, para manipular, censurar, desinformar y controlar sociedades ajenas, en este caso el robo de datos y la propaganda a través de TikTok son preocupaciones de seguridad nacional.
Los motivos se basan en el modelo de internet en China y la relación que existe entre el sector privado y el gobierno. China, al ser un Estado de sistema político centralizado con alta intervención gubernamental, se caracteriza por tener una soberanía digital que procura el desarrollo de su propia infraestructura tecnológica nacional. Para ello, el Partido evitó la presencia de empresas occidentales en beneficio de sus empresas privadas, como Baidu, Alibaba y Tencent, que hoy en día cuentan con una gran presencia en la economía digital internacional.
Limitar este vínculo a una condición donde el Partido controla a sus empresas a cambio de apoyo gubernamental, como bien lo recalcan Miao, Huang & Huang (99-100), es bastante simplista. Se trata de una relación mutuamente beneficiosa pero muy compleja, no excluye cabildeos ni luchas de poder.
Más bien, la regulación del internet en China es muy firme, lo que no quiere decir que sea superior a su contraparte en Occidente. El Partido sabe que construir capacidades tecnológicas es clave en su proyecto de revitalización de la nación, pero también sabe que grupos tecnológicos como Alibaba influyen en la economía y la vida diaria de sus 1,400 millones de habitantes. Para el Partido, vigilar estas empresas es una necesidad.
El caso de TikTok destaca porque se trata de una rama, para fácil compresión, independiente. Para Fjällhed, Lüfkens & Sandre (270), TikTok y su contraparte Douyin existen en mercados radicalmente diferentes y son gobernados por fuerzas radicalmente diferentes. TikTok adapta su servicio bajo la expectativa de culturas divergentes —acción conocida como flexibilidad interpretativa. Y, al igual que otras plataformas digitales, se adapta a los marcos jurídicos y políticos de los países en los que opera (Siripurapu & Merrow, 2021).
Como resultado de la desconfianza generalizada, desde 2020 TikTok ha desarrollado una serie de estrategias que minimicen este sesgo: Limitar su vínculo con China al simple origen de procedencia y mantenerse fuera de su jurisdicción. Establecerse como una multinacional, diversificar sus sedes, empleados y representantes. Renovar el algoritmo para monitorear contenidos sensibles, así como disminuir el factor “adictivo”. Reforzar sus políticas detentando altos estándares en cuanto a protección de datos y ciberseguridad, restringiendo el acceso de cualquiera a los mismos (Gray, 10-11). Mantener las bases de datos en los países donde se recolectan, como el arreglo con la compañía de nube Oracle en Texas (Novet, 2024). E incluso apelar por la injusticia de trato hacia TikTok, comparado con otras plataformas que tienen menores estándares de protección de datos, abriendo al debate a un problema inherente para todos los participantes.
Sin embargo, después de los más recientes acontecimientos, parece que todos los esfuerzos de TikTok como compañía han sido en vano. Pero en realidad, estas medidas solo reflejan que el núcleo del problema no tiene más motivación que el geopolítico.
El núcleo
El escenario más sencillo en la geopolítica puede describirse de esta forma. El proceso de transformación tecnológico-digital ha establecido un nuevo territorio intangible de lucha por el poder, el ciberespacio. Dentro del ciberespacio, quien posee la hegemonía en contenido, infraestructura, capacidades y plataformas, es Estados Unidos, tan solo en esta última categoría ocupa el 67% de su valor, según la UNCTAD (2021, 24). En un escenario internacional con una amplia brecha digital, EE.UU. tiene la capacidad de manipular las redes sociales en función de sus propios intereses (Esperanza Relova, 2023). No hay que olvidar que las mismas pueden extraer valor económico de los datos, así como ejercer influencia cultural.
Ciertamente, TikTok como una red social desafía la hegemonía de los gigantes tecnológicos occidentales (Lin & de Kloet, 2023, 4). Pero algunos expanden el escenario, donde TikTok es más un tercero neutral, tomado a colación como consecuencia del ascenso de China, que ha alterado un orden mundial que desde la segunda mitad del S.XX ha sido constituido a favor de EE.UU.
Para el profesor Kislaya Prasad (2020), las empresas tecnológicas chinas son objetivos más atractivos para las disputas, tanto económicas como políticas, porque no hay empresas tecnológicas estadounidenses en China que puedan sufrir las represalias. Para Fjällhed, Lüfkens & Sandre (282) esto es un escepticismo geopolítico en reversa para TikTok en occidente, tal como China estuvo escéptica de Facebook.
En general, esto es resultado de un historial constante de políticas de proteccionismo digital, tanto en comercio digital como en flujo de datos (Kuma & Thussu, 282). Pero observar la lucha de poder geopolítico quita la vista del verdadero problema que rodea a las plataformas, su gobernanza y regulación.
El problema
El desafío de TikTok ante las plataformas de redes sociales tendría que verse como un impulso de competitividad. La competencia es buena en el ambiente comercial, la competencia significa constante innovación, aumento de calidad y abaratamiento de precios (López Rosso, 2021). Pero, como se mencionó anteriormente, el acelerado proceso de digitalización requiere de una constante actualización institucional y jurídica para atender todas sus implicaciones. El caso de TikTok es un claro ejemplo de cómo la presión lleva a las plataformas a responder en cuanto a seguridad, transparencia y rendición de cuentas.
Como escenario ideal, la cooperación internacional es capaz de establecer estándares regulatorios en la gobernanza de las plataformas, de tal forma que se disminuya la brecha digital y los oligopolios tecnológicos, se supervisen los funcionamientos automáticos de los algoritmos y se promueve la diplomacia digital, pero lograr esta cooperación en sí es un reto monumental.
En la disputa de los congresistas estadounidenses con TikTok, el imaginario colectivo observa un tipo de amenaza de intervención extranjera sobre los asuntos internos de EE.UU. Así TikTok es capaz de alterar la percepción de la población joven, trastocar al sistema democratico e interferir en las elecciones usando los datos de los usuarios. Omitir que hay redes sociales occidentales con la misma capacidad de control de datos y sistemas de vigilancia, evidencia que la disputa se concentra más en el vínculo de origen de TikTok con el país chino que en una verdadera preocupación por la protección de los usuarios (Göksun & Samuk, 1182).
Alexander Howard & Callie Goodwin (2024) debaten que para que EE.UU. pueda realmente limitar las acciones de TikTok, lo que se necesita es una autoridad fuerte expresada en una ley de protección de datos base. Pero, abriendo el escenario geopolítico, este movimiento tendría que aplicarse a todas las plataformas de redes sociales y regular en su escala global significa perder herramientas y privilegios, más concretamente, perder hegemonía.
Conclusión
El caso de TikTok abre la puerta a múltiples objetos digitales en riesgo que la geopolítica, como metodología, permite comprender para este escenario de cambios en el orden mundial del siglo XXI. Revela que el ciberespacio, como red, se está fragmentando, e identifica problemas de gobernanza en el proceso tecnológico digital, donde herramientas, como la cooperación internacional, tienen un papel determinante para encontrar soluciones.
Referencias:
- El País (2024) TikTok y la geopolítica. El País. https://bit.ly/46UEvb9
- Esperanza Relova, Mayra (2023). La hegemonía y las redes sociales en la geopolítica, Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI). https://www.cipi.cu/wp-content/uploads/2023/10/Mayra-Esperanza-Relova.pdf
- Fjällhed A., Lüfkens M & Sandre A. (2024) New trends in digital diplomacy: the rise of TikTok and the geopolitics of algorithmic governance. En Bjola, C. & Manor, I (Eds.) Digital Diplomacy (269-291) Oxford University Press
- Göksun, Y., & Samuk, D. (2023). The perception of the Tiktok platform as China’s sharp power instrument in US politics. Ömer Halisdemir Üniversitesi İktisadi Ve İdari Bilimler Fakültesi Dergisi, 16(4), 1169-1185. https://doi.org/10.25287/ohuiibf.1342747
- Gray, Joanne Elizabeth (2021). The geopolitics of “platforms”: The TikTok challenge, Internet Policy Review, Alexander von Humboldt Institute for Internet and Society, Berlin, 10(2), 1-26, https://doi.org/10.14763/2021.2.1557
- Howard, A. & Goodwin, C. (2024) Is a US bill to ban TikTok a step down a slippery slope? [Podcast] The Take, Al Jazeera. https://bit.ly/3yWWwsu
- Jo Dixon, Stacy (2024). Most popular social networks worldwide as of April 2024, by number of monthly active users, Statista. https://bit.ly/3Xa66lj
- Kumar, A., & Thussu, D. (2023). Media, digital sovereignty and geopolitics: the case of the TikTok ban in India. Media, Culture & Society, 45(8), 1583-1599. https://doi.org/10.1177/01634437231174351
- Lin, J., & de Kloet, J. (2023). TikTok and the platformisation from China: Geopolitical anxieties, repetitive creativities and future imaginaries. Media, Culture & Society, 45(8), 1525-1533. https://doi.org/10.1177/01634437231209203
- McMahon, Liv (2024). 5 preguntas sobre la ley aprobada en EE.UU. que podría hacer que se prohíba TikTok en el país, BBC https://www.bbc.com/mundo/articles/cv2x98rn7jpo
- Miao, W., Huang, D., & Huang, Y. (2023). More than business: The de-politicisation and re-politicisation of TikTok in the media discourses of China, America and India (2017–2020). Media International Australia, 186(1), 97-114. https://doi.org/10.1177/1329878X211013919
- López Rosso, I (2021) La guerra tecnológica entre China y Estados Unidos. Foreign Affairs Latinoamérica. https://bit.ly/3yLEJEC
- Novet, J. (2024). Oracle warns that a TikTok ban would hurt business. CNBC. https://cnb.cx/46T36ge
- Prasad, Kislaya (2020). Global Pulse Ep. 31: TikTok and WeChat – Why Geopolitics Matter [Vídeo]. University of Maryland Smith School of Business. https://www.youtube.com/watch?v=n1bLWtXNtLw
- Proceso (2023). Crece la lista de países que han prohibido TikTok, Proceso. https://bit.ly/4dPB3jY
- Siripurapu, A., & Merrow, W. (2021). Social Media and Online Speech: How Should Countries Regulate Tech Giants?, Council on Foreign Relations. http://www.jstor.org/stable/resrep31160
- Soto Galindo, J. (2024). Un problema geopolítico llamado TikTok, El Economista. https://bit.ly/3yATlqx
- UNCTAD (2021). Informe sobre la economía digital 2021, United States Publications. https://unctad.org/system/files/official-document/der2021_es_0.pdf